En el comienzo del siglo XXI, la humanidad atraviesa un momento de cambios acelerados, extensos y profundos que modifican el espacio de la vida social.
Ante este torbellino de cambios, parecería que las formas y certezas que las sociedades habían construído para producir, gobernarse, comunicar, educar, se van desarmando. Es por esto que se van tejiendo nuevas tramas sociales, se suele hablar de la sociedad de la Información o del Conocimiento.
Retomando el pensamiento de Manuel Castells, esta nueva trama social logra un impacto inusitado en el mundo académico. El ámbito educativo es convocado, seducido y presionado a abandonar su “autosuficiencia” y a abrirse a los flujos comunicacionales. Las TICs pueden proporcionar nuevas formas de producir, intercambiar y utilizar conocimientos.
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